Sólo caridad que expresa amor de Dios salvará al mundo, recuerda el Papa Benedicto XVI
VATICANO, 24 Jun. 10 (ACI).- Al bendecir esta mañana la gran estatua mariana "Salus populi romani" (que mira a Roma), el Papa Benedicto XVI recordó, citando el lema de Don Orione, que sólo la caridad que expresa el amor de Dios salvará al mundo.
El Santo Padre llegó al Centro Don Orione de Roma-Monte Mario para bendecir la gran estatua de María, luego de su restauración y colocación en lo alto de la colina que domina la ciudad eterna. La gran estatua de la Virgen, de 9 metros de altura, se había desprendido de su pedestal de 19 metros tras un fuerte temporal el 12 de octubre de 2009. La caída impresionó mucho a las autoridades y habitantes de la capital, muy devotos de la Virgen bajo esa invocación, que pidieron que la imagen volviera a su lugar lo antes posible.
El Papa llegó al Centro Don Orione a las 10:30 (hora local) y después de saludar al Cardenal Agostino Vallini, Vicario de Roma, a los obispos presentes y al alcalde Gianni Alemanno, pronunció un breve discurso.
"Esta estatua –dijo el Papa– recuerda los acontecimientos dramáticos y providenciales escritos en la historia y en la conciencia de la ciudad. Fue colocada en la colina de Monte Mario en 1953 para cumplir un voto popular pronunciado durante la Segunda Guerra Mundial, cuando las hostilidades y las armas hacían temer por la suerte de Roma".
De las obras romanas de Don Orione, el santo fundador de la Pequeña Obra de la Divina Providencia, "partió entonces la iniciativa de recoger firmas para un voto a la Virgen en la que participaron un millón de ciudadanos. El venerable Pío XII se hizo eco de la devota iniciativa del pueblo que se confiaba a María y el voto se pronunció el 4 de junio de 1944, frente a la imagen de la Virgen del Divino Amor. Ese mismo día tuvo lugar la liberación pacífica de Roma", explicó el Papa.
"En su voto a Nuestra Señora, los romanos además de prometer oraciones y devoción, se comprometieron también en obras de caridad", recordó el Pontífice, citando a continuación el lema de Don Orione: "Sólo la caridad salvará al mundo".
El fundador de la Pequeña Obra de la Divina Providencia "vivió de forma lúcida y apasionada la tarea de la Iglesia de vivir el amor para hacer entrar en el mundo la luz de Dios" y "dejó esa misión a sus discípulos como camino espiritual y apostólico, convencido de que la caridad abre los ojos a la fe y enciende los corazones de amor por Dios", agregó el Santo Padre.
Benedicto XVI concluyó su discurso animando a proseguir "la senda carismática" que Don Orione inició, "porque como decía: 'la caridad es la mejor apología de la fe católica, la caridad arrastra, mueve, lleva a la fe y a la esperanza'. Las obras de caridad, sea como actos personales que como servicio a las personas débiles ofrecido en las grandes instituciones, no pueden reducirse nunca a un gesto filantrópico, sino ser siempre una expresión tangible del amor providencial de Dios".
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