Juan Pablo II
María,
Madre de misericordia,
cuida de todos
para que no se haga inútil
la cruz de Cristo,
para que no se haga inútil
la cruz de Cristo,
para que el hombre
no pierda el camino del bien,
no pierda la conciencia del pecado
y crezca en la esperanza en Dios,
y crezca en la esperanza en Dios,
«rico en misericordia» (Ef 2,4),
para que haga libremente
las buenas obras que Él le asignó (cf. Ef 2,10)
y, de esta manera,
toda su vida sea
las buenas obras que Él le asignó (cf. Ef 2,10)
y, de esta manera,
toda su vida sea
«un himno a su gloria» (Ef 1,12).
(Papa Juan Pablo II,
Carta Encíclica Veritatis Splendor, n. 120).
No hay comentarios:
Publicar un comentario