Debemos convertirnos en Iglesia misionera
Mons. Antonio Marino
Mar del Plata (Buenos Aires), 17 Ago. 11 (AICA).- En el día de la Asunción de la Santísima Virgen, el obispo de Mar del Plata, monseñor Antonio Marino, presidió la misa en la parroquia de la ciudad dedicada a esa advocación mariana. Gran cantidad de fieles colmaron el templo y vivieron con alegría y fervor esta solemnidad dedicada a la Virgen María.
A las 15 comenzó la procesión que, con cantos, oraciones y banderas celestes y blancas, recorrió las calles cercanas al Hospital Materno Infantil, como una forma de llevar la imagen de la Virgen María a las familias que están en el nosocomio y también a los vecinos del barrio.
Posteriormente cerca de las 16 se inició la misa, presidida por monseñor Marino y concelebrada por el Vicario general, monseñor Armando Ledesma; el párroco, presbítero Marcelo Panebianco y otros sacerdotes de la diócesis que se hicieron presentes.
“La Asunción aparece como corona de todos los otros signos de predilección con que el amor del Padre quiso colmarla, como a su hija predilecta. Estos giran en torno a su misión de Madre de aquel que es Dios y Redentor del género humano”, expresó el obispo durante su homilía y añadió que “todos sus privilegios de gracia constituyen, en última instancia, la expresión de su privilegio fundamental: ella es la mujer asociada, a título de Madre y como nueva Eva, a la obra redentora de su Hijo, con quien estará íntimamente vinculada en plena disponibilidad de alma y cuerpo”.