viernes, 12 de febrero de 2010

La Iglesia, como María, cuida a los enfermos en el espíritu y el cuerpo, dice Benedicto XVI

La Iglesia, como María, cuida a los enfermos en el espíritu y el cuerpo,
dice Benedicto XVI


VATICANO, 11 Feb. 10 (ACI).- Al presidir esta mañana en la Basílica de San Pedro la Eucaristía en ocasión de la 18° Jornada Mundial del Enfermo y el 25° aniversario del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Agentes Sanitarios (Pastoral de la Salud), el Papa Benedicto XVI explicó que, como la Virgen María, la Iglesia ejerce su maternidad atendiendo a los enfermos en el cuerpo y el espíritu, alentando en ellos la alegría verdadera en medio del dolor.

En su homilía, el Papa explicó que los evangelios hablan de Cristo curando en el cuerpo y el espíritu. "La Iglesia, a quien se le ha confiado la tarea de prolongar en el espacio y en el tiempo la misión de Cristo, no puede desatender estas dos obras esenciales: evangelización y cura de los enfermos en el cuerpo y en el espíritu", añadió.

"De hecho –continuó el Santo Padre– Dios quiere curar a todo hombre y en el Evangelio la curación del cuerpo es signo de la sanación más profunda que es la remisión de los pecados. No llama la atención, entonces, que María, madre y modelo de la Iglesia, sea invocada y venerada como ‘Salus infirmorum’, ‘Salud de los enfermos’. Como primera y perfecta discípula de su Hijo, Ella siempre ha mostrado, al acompañar el camino de la Iglesia, una especial solicitud por los sufrientes".

El Papa se refirió luego al relato de la Visitación, en el que se ve a María "luego del anuncio del Ángel, no guarda para sí el don recibido, sino parte rápidamente para ir a ayudar a la anciana prima Isabel, que desde hacía seis meses llevaba en el vientre a Juan. En el sostenimiento ofrecido por María a esta pariente que vive, en edad avanzada, una situación delicada como el embarazo, vemos prefigurada toda la acción de la Iglesia para sostener la vida necesitada de cura".

Tras agradecer al Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud por su trabajo y luego de saludar a los miembros de la Unión Nacional Italiana de Transporte de Enfermos a Lourdes y Santuarios Internacionales (UNITALSI), Benedicto XVI se refirió al canto del Magnificat, en el que "escuchamos la voz de tantos santos y santas de la caridad, pienso en particular en aquellos que han pasado su vida entre los enfermos y sufrientes como Camilo de Lellis y Juan de Dios, Damián de Veuster y Benedicto Menni".

"Quien permanece por largo tiempo cerca de quienes sufren, conoce la angustia y las lágrimas, pero también el milagro de la alegría, fruto del amor".

El Papa explicó luego que la maternidad de la Iglesia "suscita en los corazones el consuelo, una alegría íntima, una alegría que paradójicamente convive con el dolor, con el sufrimiento. La Iglesia, como María, custodia dentro de sí los dramas del hombre y el consuelo de Dios, los hace permanecer juntos a lo largo del peregrinaje de la historia. A lo largo de los siglos, la Iglesia muestra los signos del amor de Dios, que sigue obrando grandes cosas en las personas simples y humildes".

"El sufrimiento aceptado y ofrecido, la participación sincera y gratuita, ¿no son tal vez milagros de amor?. El valor de afrontar el mal desarmados –como Judith–, con la sola fuerza de la fe y la esperanza en el Señor, ¿no es un milagro que la gracia de Dios suscita continuamente en tantas personas que dedican su tiempo y energías para ayudar a quien sufre?. Por todo esto vivimos una alegría que no olvida el sufrimiento, sino que la comprende".

De esto modo, dijo el Papa Benedicto, "los enfermos y todos los sufrientes son en la Iglesia no solo destinatarios de atención y cura, sino primero que nada y sobre todo protagonistas del peregrinaje de la fe y la esperanza, testimonios de los prodigios del amor, de la alegría pascual que florece de la Cruz y de la Resurrección de Cristo".

El Papa Benedicto se refirió luego a la necesidad de la Unción de los Enfermos y explicó, en el marco del Año sacerdotal, "la relación entre enfermos y sacerdotes, una especie de alianza, de ‘complicidad’ evangélica. Ambos tienen una tarea: el enfermo debe ‘llamar’ a los presbíteros, y estos deben responder, para atraer sobre la experiencia de la enfermedad la presencia y la acción del Resucitado y de su Espíritu".

"Aquí podemos ver toda la importancia de la pastoral de los enfermos, cuyo valor es realmente incalculable, por el bien inmenso que hace en primer lugar al enfermo y al sacerdote mismo, pero también a los familiares, a los amigos, a la comunidad, a través de vías ignoradas y misteriosas, a toda la Iglesia y al mundo".

Finalmente y tras recordar la necesidad de la esperanza, como lo escribe en la encíclica Spe Salvi, Benedicto XVI recordó unas palabras de Juan Pablo II en la Salvifici Doloris, la carta apostólica sobre el sufrimiento humano: "Cristo al mismo tiempo ha enseñado al hombre a hacer el bien con el sufrimiento y a hacer el bien a quien sufre. En este doble aspecto Él ha develado hasta el final el sentido del sufrimiento".

"Que nos ayude la Virgen María a vivir plenamente esta misión. ¡Amén!", concluyó.

Como parte de las celebraciones por la 18° Jornada Mundial del Enfermo y los 25 años del Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud, antes de la Misa llegaron a la Basílica las reliquias de Santa Bernadette Soubirous, en el día en que la Iglesia recuerda a la Virgen de Lourdes.







jueves, 11 de febrero de 2010

Nuestra Señora de Lourdes - Historia

Nuestra Señora de Lourdes
Historia


El 11 de febrero de 1858, en la villa francesa de Lourdes, a orilla del río Gave, Nuestra Madre, Santa María manifestó de manera directa y cercana su profundo amor hacia nosotros, apareciéndose ante una niña de 14 años, llamada Bernadette (Bernardita) Soubirous.

La historia de la aparición empieza cuando Bernardita, quien nació el 7 de enero de 1844, salió, junto a dos amigas, en búsqueda de leña en la Roca de Masabielle. Para ello, tenía que atravesar un pequeño río, pero como Bernardita sufría de asma, no podía meter los pies en agua fría, y las aguas de aquel riachuelo estaban muy heladas. Por eso ella se quedó a un lado del río, mientras las dos compañeras iban a buscar la leña.

Fue en ese momento que Bernardita experimenta el encuentro con Nuestra Madre, experiencia que sellaría toda su vida, "sentí como un fuerte viento que me obligó a levantar la cabeza. Volví a mirar y vi que las ramas de espinas que rodeaban la gruta de la roca de Masabielle se estaban moviendo. En ese momento apareció en la gruta una bellísima Señora, tan hermosa, que cuando se le ha visto una vez, uno querría morirse con tal de lograr volverla a ver".

"Ella venía toda vestida de blanco, con un cinturón azul, un rosario entre sus dedos y una rosa dorada en cada pie. Me saludó inclinando la cabeza. Yo, creyendo que estaba soñando, me restregué los ojos; pero levantando la vista vi de nuevo a la hermosa Señora que me sonreía y me hacía señas de que me acercara. Pero yo no me atrevía. No es que tuviera miedo, porque cuando uno tiene miedo huye, y yo me hubiera quedado allí mirándola toda la vida. Entonces se me ocurrió rezar y saqué el rosario. Me arrodillé. Vi que la Señora se santiguaba al mismo tiempo que yo lo hacía. Mientras iba pasando las cuentas de la camándula Ella escuchaba las Avemarías sin decir nada, pero pasando también por sus manos las cuentas del rosario. Y cuando yo decía el Gloria al Padre, Ella lo decía también, inclinando un poco la cabeza. Terminando el rosario, me sonrió otra vez y retrocediendo hacia las sombras de la gruta, desapareció".

A los pocos día, la Virgen vuelve a aparecer ante Bernardita en la misma gruta. Sin embargo, al enterarse su madre se disgustó mucho creyendo que su hija estaba inventando cuentos -aunque la verdad es que Bernardita no decía mentiras-, al mismo tiempo algunos pensaban que se trataba de un alma del purgatorio, y a Bernardita le fue prohibido volver a la roca y a la gruta de Masabielle.

A pesar de la prohibición, muchos amigos de Bernardita le pedían que vuelva a la gruta; ante ello, su mamá le dijo que consultara con su padre. El señor Soubiruos, después de pensar y dudar, le permitió volver el 18 de febrero.

Esta vez, Bernardita fue acompañada por varias personas, que con rosarios y agua bendita esperaban aclarar y confirmar lo narrado. Al llegar todos los presentes comenzaron a rezar el rosario; es en ese momento que Nuestra Madre se aparece por tercera vez. Bernardita narra así esta aparición: "Cuando estábamos rezando el tercer misterio, la misma Señora vestida de blanco se hizo presente como la vez anterior. Yo exclamé: 'Ahí está'. Pero los demás no la veían. Entonces una vecina me acercó el agua bendita y yo lancé unas gotas de dicha agua hacia la visión. La Señora se sonrió e hizo la señal de la cruz. Yo le dije: 'Si vienes de parte de Dios, acércate'. Ella dio un paso hacia delante".

Luego, la Virgen le dijo a Bernadette: "Ven aquí durante quince días seguidos". La niña le prometió hacerlo y la Señora le expresó "Yo te prometo que serás muy feliz, no en este mundo, sino en el otro".

Luego de este intenso momento que cubrió a todos los presentes, la noticia de las apariciones se corrió por toda el pueblo, y muchos acudían a la gruta creyendo en el suceso, aunque otros se burlaban.

Entre el 11 de febrero y el 16 de julio de 1858 hubo 18 apariciones. Éstas se caracterizaron por la sobriedad de las palabras de la Virgen, y por la aparición de una fuente de agua que brotó inesperadamente junto al lugar de las apariciones y que desde entonces es un lugar de referencia de innumerables milagros constatados por hombres de ciencia.







miércoles, 10 de febrero de 2010

El diablo ¿existe? - Gabriele Amorth

El diablo ¿existe?
P. Gabriele Amorth


El P. Amorth, exorcista de Roma, hizo una miniserie para televisión e internet en el año 2008, donde cuenta todo sobre el diablo y señala que la Santísima Virgen María es la criatura que más aversión le provoca.


CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 11 abril 2008 (ZENIT.org).- ¿Cómo se hace un exorcismo?. ¿Cómo es posible no tener miedo del demonio?. Uno de los exorcistas de la diócesis de Roma está respondiendo a estas preguntas en una miniserie para la televisión e Internet.

El diablo, ¿existe? Éste ha sido el primer interrogante al que ha respondido el padre Gabriele Amorth, exorcista de la diócesis del Papa desde hace casi 21 años, sacerdote de la Congregación de San Pablo.

«Respondo con las palabras de Juan Pablo II a quien una vez le planteé esta pregunta -recuerda- : "Santidad me encuentro con muchos obispos que no creen en el demonio". Y Juan Pablo II respondió: "Quien no cree en el demonio, no cree en el Evangelio"».

«El diablo es un ángel, y por tanto, un espíritu puro creado bueno por Dios y que se pervirtió porque se rebeló contra Dios. Por tanto, conserva todas las características del espíritu puro como son, inteligencia muy grande, inmensamente mayor a la nuestra», explica.

«La forma como nosotros solemos representarlo con alas, en forma de murciélago, con las pezuñas, los cuernos, es una forma que a él le gusta mucho porque lo ridiculiza y favorece que no se crea en su existencia», afirma.

Ahora bien, el sacerdote muestra también que con Jesús es posible vencer al diablo: «el exorcista actúa en el nombre de Jesús con la fuerza que le viene de Jesús».

El padre Amorth explica cómo hace un exorcismo: «Voy a una iglesia del centro de Roma, una parroquia que durante el día está cerrada. Hay misa por la mañana y luego la cierran y allí hago los exorcismos fuertes. Tengo siempre siete, diez personas que me ayudan, tengo una pequeña cama. A veces tenemos que atar a las personas o simplemente las sujetamos».

El sacerdote aclara que no es lo mismo un problema psíquico que un mal maléfico. «Normalmente cuando una persona siente esos males y problemas lo primero que hace es ir al médico y al psiquiatra», reconoce.

«Lo más difícil es distinguir el mal maléfico del mal psiquiátrico. Van al psiquiatra y se someten durante años a tratamientos pero no consiguen ningún resultado. Entonces comienzan a pensar que su mal no es un mal natural. Y acuden al mago de quien reciben un daño mayor».

«Este es el recorrido normal que siguen estas personas. En este momento es posible que una persona con más práctica en estos asuntos le sugiera que vaya al exorcista».

Entre las sorpresas que depara a los oyentes, el padre Amorth les revela el nombre de la criatura que más aversión provoca al diablo, María.

«En cierta ocasión un amigo mío exorcista preguntó al demonio qué era lo que más le hería de la Virgen, por qué le tenía tanta manía. Respondió "porque es la mas pura de todas las criaturas y yo soy el más inmundo, es la más obediente de todas las criaturas y yo soy el más rebelde, es aquella que nunca ha cometido ni el más mínimo pecado y por ello me vence siempre"».

De hecho, el padre Amorth, cuya especialidad en teología es la mariología, aclara que María también sufrió tentaciones del demonio. «¿Cuándo?», se pregunta. «Desde el nacimiento hasta la muerte. Pero siempre venció», responde.

La miniserie semanal, transmitida en ocho idiomas, está siendo emitida por canales católicos de televisión y puede verse en Internet.
.



jueves, 4 de febrero de 2010

Los Reformadores protestantes y la Virgen María - José Miguel Arráiz

Los Reformadores protestantes y la Virgen María
José Miguel Arráiz


Introducción

Muy curioso siempre me ha parecido el rechazo que por la Virgen María tienen algunas denominaciones protestantes. Las raíces de dicho rechazo parecen más bien originarse en rechazar lo que ellos consideran un “exceso” en la devoción que el católico tiene por la madre del Señor. Pero este rechazo que los lleva a alejarse de todo lo que suene a “católico”, les lleva a rechazar todo razonamiento, por más bíblico que sea, que redunde en la veneración de la Virgen. En la mayoría de los casos, sobre todo las sectas (1), deforman la doctrina católica para hacerla parecer herética (2), afirmando así que la Iglesia enseña a “adorar” a María e incluso en algunos casos llegan a afirmar que los católicos creemos que María es una “diosa”.

Lo cierto es que esto no es así. Muchos protestantes tienen por grandes eruditos bíblicos y modelos a imitar a los reformadores protestantes, y desconocen profundamente que muchas de sus posturas hoy, difieren un universo de las posturas de los reformadores. En el caso de las doctrinas relacionadas a la Virgen María precisamente pasa lo mismo.


Lutero y la Virgen María

Hoy día el protestantismo entero desconoce que María es madre de Dios. En su afán de disminuirla le ha negado el título que la Iglesia le ha concedido desde siempre, comenzando por Isabel quien inspirada por el Espíritu Santo le llamó “madre del Señor” (Lucas 1, 43) (3), hasta la Iglesia primitiva que no dudaba en llamarla la Theotókos (Madre de Dios) (4). Sin embargo, Lutero nunca dudó en darle este título que le concedió hasta el final de sus días:

Martín Lutero, 24 Dezember 1539: LW 47,860

Así juzgó Dios a su Madre: 1) La ley de Dios la condenaba como adúltera. 2) Así quedaba maltrecho su honor. 3) Su vida quedó en peligro y su honor matrimonial dañado. María fue concebida en pecado como los demás hombres; y, aunque ella fuera purificada del pecado original, no le habría bastado para un tal nacimiento. Por eso, es el Espíritu Santo el protagonista, el que la purifica y toma las puras cotas de sangre de su corazón; pues todo tiene que ser purificado”.

Martín Lutero, Auslegung des Magnificat, 1522: LW 7,572

Las grandes cosas que Dios ha realizado en María se reducen a ser la Madre de Dios. Con esto le han sido concedidos muchísimos otros bienes, que nadie podrá nunca comprender. De ahí se deriva todo su honor, toda su bienaventuranza y que ella sea en medio de toda la raza humana una persona del todo singular e incomparable. Ella ha tenido con el Padre celeste un niño, y un niño tal… Se comprende todo su honor, cuando se la llama Madre de Dios. Nadie puede decir otra cosa mayor de ella, aunque uno tuviera tantas lenguas como follaje tiene la hierba, como estrellas el cielo o arena las playas. Hay que meditar en el corazón lo que significa ser Madre de Dios”.

Igual sucede con el dogma de la virginidad perpetua de María, negado hoy por todos los protestantes, sin embargo Lutero también creía firmemente en su virginidad antes y después del parto.

Martín Lutero, 28 Dezember 1544: LW 49,646

“Y ningún hombre, ni siquiera el demonio, tiene que saber cómo puede suceder que una mujer virgen quede encinta sin varón. Pues porque ahí estarán las tres divinas Personas. La obra ha de ser realizada por las tres, aunque esa actuación acabe únicamente en la persona del Hijo”.

Martín Lutero, 1537/1538: LW 46,723

“En textos como Juan 2, 12; 7, 2; Mateo 12, 46; Hechos 1, 14 uno se preocupa y pregunta cómo el Señor Jesús pudo tener hermanos, dado que él era el hijo único de María, y la virgen María no fue madre de ningún otro hijo. Entonces algunos responden que eran hijos de un matrimonio precedente de José, antes de estar con María; éstos fueron llamados después “hermanos de Cristo”; otros dicen que José tuvo junto con María otra mujer, tal como estaba permitido entre los judíos…Yo creo que “hermanos” aquí significa “primos”, dado que los judíos y la Sagrada Escritura llamaban a todos los primos “hermanos” ”.

Martín Lutero, Tischrede n.4435 Ergänzungen, 1539: LW 48,579

María permaneció virgen, pues tras sentirse madre del Hijo de Dios, no deseó ser madre de otro hombre, sino permanecer en esta gracia”.

Martín Lutero, Predigt 24 Dezember 1540: LW 49,174

“A José le cabe un gran honor ante Dios. A él le fueron confiados el Hijo de Dios y su Madre. Así José es un carpintero, que actúa como cualquier hombre de pueblo y que trabaja en lo oculto. Pero quedó escrito para nosotros para que sepamos que Cristo vino y que su madre fue virgen, aunque bajo el velo de esposa se ocultaba la virgen antes y después del nacimiento”.

Martín Lutero, 1535 bis 1545: LW 43,22

“La carta a los Hebreos dice que Sara pidió por la fe la fuerza de la concepción, para que comprendas que ella quedó encinta de Abraham siguiendo el curso normal de la naturaleza, no a través de un milagro. Este sí aconteció en la virgen María que concibió en su seno, pero de su propia semilla, no de la semilla de un hombre. Para ello el Espíritu Santo la cubrió con su sombra”.


Calvino y la Virgen María

Calvino se pronunció frecuentemente en defensa de la virginidad de María. Refuta, al igual que San Jerónimo más de un milenio atrás, el argumento de que Mateo 1, 25 implica que José tuvo relaciones con María, y también refuta el trillado argumento protestante que trata de insinuar, que porque Jesús es llamado primogénito, María tuvo otros hijos (5).

Juan Calvino, JCO 45,70; cf. JCO 46,271-272

“A partir de Mateo 1, 25, Elvidio creó mucha confusión en la Iglesia, porque de él dedujo que María había permanecido virgen únicamente hasta el primer nacimiento y después tuvo otros hijos con su marido. La perpetua virginidad de María fue defendida vigorosamente por Jerónimo. Es suficiente decir que es insensato y falso deducir de estas palabras qué sucedió después del nacimiento de Cristo. Es llamado el primogénito no por otra razón sino para que sepamos que él nació de la Virgen. En este texto se niega que José hubiera tenido concurso marital con María antes de nacer el niño; todo está limitado a este tiempo. Pero nada se dice de lo que sucedió después”.

Juan Calvino, Johannis Calvini Opera quae supersunt omnia (=JCO) (Verlag C. A. Schewedtke und Sohn, Braunscheweig 1863 ff.), Bände 45; Commentarius in Harmoniam evangelicam (“Harmonia evangelica” 1555), Band 46; Sermons sur I’Harmonie évangélique 1558, 1560, 1562. JCO 36,156

“Es indudable que el profeta habla de una auténtica virgen, que ha de concebir no según las normas de la naturaleza, sino a través de la actuación de gracia del Espíritu Santo. Este es el misterio, que Pablo magníficamente ensalza: “Dios ha aparecido en la carne”.

Juan Calvino, JCO 45,30

“Cuando María supo que de ella nacería el Hijo de Dios, recibió un mensaje inaudito, y ésta fue la razón por la que excluyó la relación sexual con un hombre. Por eso exclamó desconcertada: “¿Cómo sucederá esto?”… No era ésta una pregunta contra la fe. La hizo movida por la admiración; no por la desconfianza”.

Juan Calvino, JCO 45,426

“¿No es este el hijo del carpintero? (Mateo 13, 55). Por designio admirable de Dios vivió Cristo hasta los treinta años en lo oculto de la casa de sus padres. Esto fue extraña e injustamente motivo de tropiezo para la gente de Nazaret, en lugar de conocerlo con temor como enviado del cielo. ¡Si hubieran descubierto que era Dios el que actuaba en Cristo!. Pero intencionalmente ellos pensaban en José, en María y en todos los parientes y sus relaciones entre ellos, para ocultar la luz que se manifestaba. Como “hermanos” eran designados –según la costumbre judía- sobre todo los parientes de sangre... de ello dedujo ignorantemente Elvidio que María había tenido más hijos, porque alguna vez habla de “hermanos de Cristo” ".


H. Zwingli y la Virgen María

Zwingli explica que el matrimonio con José fue únicamente para que José apareciera como esposo y la protegiera de la ley, y así poder dar al niño y a ella protección y cuidado.

H. Zwingli, Eine Predigt von der reinen Gottesgebärerin María: ZSW 1,391-392

“Cuando se cumplió el tiempo designado por Dios, envió a su mensajero Gabriel a la joven María (Magd María), que estaba desposada con el piadoso José. La sabiduría divina se muestra en que el desposorio con José no pretendía establecer una relación matrimonial entre ellos en orden a engendrar hijos, sino para que la hija María, después de encontrarse encinta, no fuera apedreada según la ley judía, que estaba establecida para quienes concebían sin marido. El que José apareciera como esposo, la protegía de la ley. También se desposó con él para que ella y el niño encontraran en él un protector y cuidador”.

Explícitamente declara que es virgen, antes, en y después del parto:

H. Zwingli, Eine Predigt von der reinen Gottesgebärerin María: ZSW 1,392-393

“Hay que considerar aquí el honor que el evangelista Lucas y también Mateo le tributan por su elevada pureza; ella es joven pura e intacta antes del parto, en el parto y después del parto, es decir, siempre. Entre los hombres es imposible que una madre sea al mismo tiempo virgen; para Dios todo es posible, porque todas las criaturas obedecen a su voz”.


Conclusión

Hoy día muchos protestantes piensan que el católico que cree que María es Virgen, es porque nunca se ha encontrado con los pasajes que hablan de los “hermanos” de Jesús. La mayoría no sabe que todos esos argumentos fueron refutados hace más de un milenio y, más recientemente, incluso por los reformadores protestantes. Lo mismo, para los reformadores, siempre venerar a María fue una característica que no podía faltar en un cristiano.





_______
Notas

(1) Diferenciando por supuesto el abismo que hay entre las comunidades eclesiales protestantes y las sectas protestantes.

(2) Falacia del muñeco de paja: Consiste esta falacia en deformar las tesis del contrincante para debilitar su posición y poder atacarla con ventaja. Se diferencia de la falacia ad hominem en que ésta elude las razones para concentrarse en el ataque a la persona. La falacia del muñeco de paja, ataca una tesis, pero antes la altera. Para ello, disfraza las posiciones del contrincante con el ropaje que mejor convenga, que suele ser el que recoge los aspectos más débiles o menos populares.

(3) La expresión “Madre del Señor” es equivalente a “Madre de Dios”, ya que en el Nuevo Testamento el título Señor (del griego Kyrios) se da a Cristo, quien es Señor y Dios. De la misma manera la Septuaginta (versión griega de los Setenta del siglo 2 a.C) traduce Yahveh por “Señor” (del hebreo Adonai). Ver por ejemplo como en el mismo capítulo el ángel le dice: “el Señor está contigo” para referirse a Dios.

(4) Según sabemos ya Alejandro de Alejandría habría llamado a María “La Theotókos” (Cf. “Nuestro Señor Jesucristo ha recibido real y no aparentemente un cuerpo de la Theotókos”: Alejandro de Alejandría. Ep. Ad Alex. Const. N.12 en TEODORETO. Historia eclesiástica, I, 3: OG 82,908 ), aparece también en un papiro egipcio que registra una de las oraciones marianas más antiguas “Sub tuum praesidium” (Cf. G. GIAMBERNARDINI, II Sub tuum Praesidium nella tradizione egiziana, en Mar 96 [1969], 324-362. Testimonios numerosos también de Gregorio Nacianceno, en su carta 101: PG 36,181, Cirilo de Alejandría, Orígenes (Según el historiador Sozomeno [Hist. Eccl. 7,32: EG 866]), San Ambrosio, etc. etc.

(5) Los protestantes alegan que como Jesús es llamado (Juan 3, 16. 18 ) y primogénito de María (Lucas 2, 7) implican que Jesús es el primero de entre varios hijos. El argumento falla desde su base, ya que primogénito no implica la existencia de otros hijos, sino “primer nacido”, o “hijo preeminente”. Asimismo Cristo es llamado “primogénito” del Padre en Hebreos 1, 6 y no por eso deja de ser unigénito.



Bibliografía
Mariología, José C. R. García Paredes
Patrología, Johannes Quasten



Abreviaturas
JCO = Jean Calvino Opera
LW = Luther Werke







Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...